Historia

Twilight of the GodsFire Emblem Echoes

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Capítulo uno:

Ethera y la creación de la vida

All life was a gift from the goddess, and all creatures her beloved children.

Se dice que cuando la Diosa llegó al mundo, el terreno árido y carente de vida le hizo caer de rodillas y llorar. Tal era su poder que sus lágrimas crearon la llamada Fuente del Inicio, de la que todas las criaturas del planeta nacieron. Primero las plantas y luego los animales. Pero algo faltaba. Era un mundo primigenio, incompleto...

Así que la Diosa decidió continuar su viaje por el universo, creando diferentes mundos, dando vida por donde pasaba. No sin antes completar su creación, pues finalizó el puzzle y creó a las diferentes razas. Creó deidades, a las cuales les dejó aquel planeta, sus nuevos protectores. Se dice que a tres de ellos le encargó el balance del mundo. Son conocidos como Los Tres Guías: Artema, Diosa de la Luz y el Orden, Kram, Dios de la Oscuridad y el Caos y Dilimia, la Diosa de la Paz.

Artema

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Kram

Dilimia

Capítulo dos:

Vida y Muerte

Al igual que donde hay luz siempre hay oscuridad, donde hay vida siempre hay muerte. Tras la ida de Ethera del planeta el Dios de la Muerte apareció. Sembrando discordia entre el pueblo que había en ese momento, en los elfos. Comenzó a crear enfermedades, a susurrar en los oídos de algunos de ellos hasta que empezaron a perder su fe en Ethera, a oscurecerse, a volverse sus acólitos. Y así fueron llamados: Acolytes, los sirvientes del Dios de la Muerte. Hace más de diez milenios ocurrió la guerra que cambiaría el mundo por completo y dividiría a los elfos en dos. Es conocida como la Guerra Élfica.

La guerra por la supremacía fue dura y duró varios siglos. Pero finalmente, gracias los tres guías y al esfuerzo de los elfos, la guerra concluyó. Tanto Tenebrae, el Dios de la Muerte, como sus vasallos, los Acolytes, fueron encerrados en el subsuelo, para nunca poder volver a la superficie de nuevo. O eso es lo que se piensa, pues siempre ha habido rumores de que un asentamiento prosigue su vida en la superficie, oculto, esperando el momento para devolver a su pueblo a su antigua gloria.

Tenebrae

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Capítulo tres:

La Gran Guerra

En el continente de Thenos había surgido una alianza. Dos pueblos, dos reinos, dispuestos a unificarlo todo bajo sus dos banderas. El Imperio de Brynlarn y el Imperio de Vermalia. Durante años, fueron reuniendo un gran ejército en secreto, preparándose para el día en el que comenzaría todo. Así pues, en la noche en la que empezaba el nuevo año lanzaron su ofensiva.

Ejército imperial

Ejército aliado

Las reacciones de los otros reinos fueron diferentes entre sí. Nadie esperaba este intento de conquista y reinó el caos.

En Onyria, los magos levantaron una barrera mágica, que cerró el paso a los ejércitos enemigos, y a todos los demás...

Dunia cayó conquistado con relativa facilidad, y el faraón tuvo que huir con su ejército a Darael.

Darael y el Reino Sacro de Regalia libraban fieras batallas defendiendo sus territorios, pero empezaban a perder...

Dilimia comenzó a enloquecer, su mundo ardía en Guerra... Mientras tanto los otros dioses fueron convocados por el frente común que eran Darael, Dunia y Regalia, pidiendo ayuda desesperada para no perder la guerra. Para conservar el balance del mundo tanto Kram como Artema prestaron su ayuda a los reinos. Mandaron a sus ejércitos: a sus ángeles, a sus onis, en defensa de los países en desventaja y, poco a poco, fueron girando las tornas... Tras dos años de duros combates, las fuerzas imperiales comenzaron a retroceder, perdiendo territorios.

Tres años después comenzó el sitio a la capital del Imperio de Brynlarn. Su rey había muerto en batalla, y la defensora de la ciudad era la archimaga de hielo. Mientras tanto, el terreno imperial seguía disminuyendo, pero no hasta aquel punto, pues el Escudo del Imperio protegía eficientemente sus tierras.

La guerra estaba a punto de acabar... Pero ya era demasiado tarde... Dilimia había enloquecido y pensaba acabar con la humanidad por sí misma. Artema y Kram se lanzaron a detenerla, y tras una violenta batalla, la consiguieron neutralizar... Pero el precio de ese combate fue muy alto. Kram desapareció, se dice que por sus heridas acabó falleciendo, pero hay gente que piensa que sigue vivo, oculto en algún lado. Artema, por su parte, acabó bastante drenada de su poder, tanto, que su vínculo con una gran parte de los ángeles se rompió, provocando la caída de los mismos. Se recluyó en su templo, situado en la ciudad de los ángeles, y aun no se la ha visto salir.

Finalmente, meses después, la archimaga de hielo se rindió y, tras ver que habían perdido a sus aliados, el Imperio de Vermalia inició negociaciones con el resto de reinos. Estos fueron muy generosos y devolvieron las tierras que habían conquistado a los vencidos. La guerra había causado daños en todas partes, excepto en Onyria. Las pérdidas fueron enormes. Montones y montones de cadáveres fueron retirados de los campos de batallas, cientos de pueblos y ciudades fueron destruidos. Era el momento de reconstruir... Han pasado cien años desde entonces y las heridas de la guerra no han acabado de cicatrizar todavía. El mundo espera que nunca vuelva a ocurrir nada así. Ahora solo queda un Guía para mantener el equilibrio, un equilibrio cada vez más frágil.

Faerae

Rise of Darael